Memorias Alharaca
El simple hecho de escuchar a los niños es la puerta de entrada que los conduce al complejo mundo de la participación, que es a su vez la materialización de su ciudadanía. Y no solo percibir sus palabras como una actitud respetuosa amistosa y hasta fraterna de su condición, asumirlas, es poder apropiarlas y utilizarlas para mejorar las relaciones intergenaracionales tan distantes adulto-niño, para conocer de primera mano su percepción de la realidad y, para otorgarles la visibilidad y la posición que deben tener en la sociedad.
¡Alharaca! abrió ese espacio y nos reafirmó la importancia que representa la infancia.
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