viernes, 19 de agosto de 2011

CULTURA, MÚSICA TRADICIONAL E INFANCIA: Lazos de Identidad *



¿De qué forma la música tradicional influye en el fortalecimiento de la identidad de los niños? ¿cómo ha sido su influencia? ¿Están siendo aprehendidos en el gran marco de la cultura de las regiones y del país?

¿De qué manera los festivales y los eventos musicales que promueven valores de la cultura, abren espacios reales a los niños, para que se apropien de los elementos que dan forma a su cultura?

¿Cómo crear oportunidades para los niños desde su espacio cultural particular y desde la música tradicional que contribuyan a fortalecer su identidad y la de sus comunidades?

Los hombres y mujeres poseen una característica fundamental: ésta es, darse cuenta que están vivos y que hacen parte del mundo; así dan sentido a su existencia. Es a partir de esa noción que aparece el pensamiento y como resultado evidente del proceso mental, la cultura toma vida y se agita por todo el planeta. La cultura se modela con el conjunto de acciones humanas, tangibles e intangibles, que suceden y que construyen minuto a minuto el eje de la historia. La vivencia cultural hace que nos reconozcamos. En la cultura definimos y reconocemos todo aquello que nos pertenece y que de una u otra forma nos hace especiales, nos hace como somos y nos permite ser nosotros.

La música tradicional como parte expresiva de la cultura de las comunidades cumple una función formadora y transformadora que debe ser sostenida y guiada de forma permanente, es un imperativo de la educación que no solo se limita al espacio formal si no a todo el entorno de interrelación social donde se convive.

Un proceso de sensibilización, orientación y formación que tenga como base la música tradicional debe partir e involucrar entonces a hombres y mujeres desde que son niños, desde que empiezan a ser parte del mundo y a ser partícipes de la vivencia cultural que los acompaña. Queremos impulsar esta conciencia, reconociendo el valor y la fuerza que la música tradicional tiene no solo para las regiones si no para Colombia.

En cada sitio de la tierra las características propias del medio hacen que sus naturales se adapten creando modos de vida particulares, siendo el eje constituido por los desplazamientos y asentamientos humanos, el factor clave en la conformación de los grupos específicos y diferenciados de población. En Colombia desde mucho antes de la llegada de los europeos el poblamiento del territorio se caracterizó por la diversidad. Las migraciones al interior de la América precolombina y de Colombia fueron guiadas tanto por la ubicación estratégica de algunas de sus regiones como por la bondad del entorno natural, los pobladores originales construyeron nuestros territorios, en un maravilloso continium de intercambios que nos colorea hasta el día de hoy. La secuencia estricta de los desplazamientos trazó con precisión las características de los individuos, es así que mirando hacia los distintos puntos cardinales del actual territorio americano y colombiano, encontramos una gama de condiciones ambientales y culturales tan rica y valiosa, que le dan forma al patrimonio natural y cultural.

Cuando hablamos de patrimonio cultural abarcamos cada uno de los hechos y acciones que identifican a los grupos humanos desde el pasado, a los del presente y proyectamos una visión de futuro. El trabajo cerámico en sus distintas épocas, el tallado de la piedra, la tradición oral, la arquitectura, la forma de cultivar, los vestidos, los juegos junto con la música, hacen parte de cada ser y expresan colectivamente la visión del mundo. La vivencia cultural hace que nos reconozcamos. En la cultura definimos y reconocemos todo aquello que nos pertenece y que de una u otra forma nos hace especiales, nos hace como somos y nos permite ser nosotros.

Así mismo el valor del patrimonio radica en saber apreciar que el patrimonio del otro puede ser diferente al nuestro, y lleva implícito la posibilidad de reconocer elementos de diferente origen que se mezclan de una manera única en cada grupo social. Del intercambio entre los grupos sociales se construyen los comportamientos y la vida en general de las sociedades, constituyéndose éste intercambio, en la estructura que soporta a cada cultura.

Es un paso fundamental empezar a reconocer los aspectos del entorno que tienen un significado valioso para la comunidad a la que pertenecemos, tales aspectos conforman ese patrimonio colectivo que merece ser valorado, recuperado, renovado y conservado con el máximo compromiso, porque de la dimensión que alcance esa responsabilidad dependerá en buena medida nuestra vivencia como seres capaces de ejercer nuestra identidad; y ejercer la identidad es ejercer también la libertad.Consolidar una conciencia en torno al patrimonio, la cultura que lo acoge y su sostenibilidad es una acción inaplazable; nos obliga a estructurar ideas sobre bases tecnológicas y científicas, sobre la sabiduría popular y sobre la cultura desarrollada en nuestro espacio particular, como el soporte donde se puedan fijar posiciones con amplitud y donde se vea con claridad una responsabilidad absoluta con nosotros mismos.

La identidad cultural, el patrimonio y el sentimiento de pertenencia a un territorio que tenga contenidos sustanciales de las propias comunidades, son conceptos fundamentales para la convivencia y para el desarrollo local, y pilares fundamentales que fortalecen la conciencia de los grupos humanos, aspecto esencial para la formación de individuos capaces, críticos y objetivos. A través de la música tradicional niños y niñas pueden empezar a reconocerse como miembros activos de la sociedad sensibilizándolos para que construyan un diagnóstico vivo de su realidad desde la memeoria histórica, la identidad cultural, la dimensión estética, la convivencia, y la valoración y el respeto por el otro; la música tradicional ofrece esa posibilidad y es lo que la músicas tradicionales con sus aires particulares en la cotidianidad hace de forma permanente.

* Gustavo Adolfo Durán Araújo. Aparte de la Ponencia Presentada en el Foro de la Cultura Vallenata, Valledupar, Cesar. Abril, 26 de 2007

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